martes, 16 de julio de 2019

Vitaminas solubles en grasa:

Estas incluyen verdadera vitamina A o retinol, la vitamina D, vitamina K y la vitamina E, así como todas sus cofactores que ocurren naturalmente, necesarios para obtener el máximo efecto. La mantequilla es la mejor fuente en Estados Unidos de estos importantes nutrientes. De hecho, la vitamina A es más fácilmente absorbida y utilizada a partir de la mantequilla que de otras fuentes. Afortunadamente, estas vitaminas solubles en grasa son relativamente estables y sobreviven al proceso de pasteurización.


Cuando el Dr. Weston Price estudió pueblos tradicionales aislados de todo el mundo, encontró que la mantequilla es un alimento básico en muchas dietas nativas. (No encontró ninguna población aislada que consumiera aceites poliinsaturados.) Los grupos que estudió valoraban especialmente la mantequilla de color amarillo oscuro producida por las vacas que se alimentan de hierba verde de rápido crecimiento. Su intuición natural les indicó que sus cualidades vivificantes eran especialmente beneficiosas para los niños y mujeres embarazadas. Cuando el Dr. Price analizó esta mantequilla de color amarillo oscuro, descubrió que era excepcionalmente alta en todas las vitaminas solubles en grasa, especialmente vitamina A. El llamó a estas vitaminas "catalizadores" o "activadores". Sin ellas, según el Dr. Price, no podemos utilizar los minerales que ingerimos, no importa cuán abundantes sean en nuestra dieta. También creía que las vitaminas solubles en grasa son necesarias para la absorción de las vitaminas solubles en agua. Las vitaminas A y D son esenciales para el crecimiento, para tener huesos sanos, para el desarrollo apropiado del cerebro y el sistema nervioso y para el desarrollo sexual normal. Muchos estudios han demostrado la importancia de la grasa para la reproducción; su ausencia provoca "castración nutricional," la incapacidad de conservar las características sexuales masculinas y femeninas. Como el consumo de mantequilla en los Estados Unidos ha disminuido, las tasas de esterilidad y problemas con el desarrollo sexual han aumentado. En terneros, los sustitutos de la mantequilla no son capaces de estimular el crecimiento o sustentar la reproducción.

No todas las sociedades que estudió el Dr. Price estudió comían mantequilla, pero todos los grupos que observó hacían grandes esfuerzos para obtener alimentos ricos en vitaminas solubles en grasa: pescado, mariscos, huevos de pescado, carnes de órganos, grasa de animales marinos e insectos. Sin saber los nombres de las vitaminas contenidas en estos alimentos, las sociedades tradicionales aisladas reconocían su importancia en la dieta y comían abundantemente los productos animales que las contienen. Creían, con razón, que estos alimentos eran necesarios para la fertilidad y el desarrollo óptimo de los niños. El Dr. Price analizó el contenido de nutrientes de las dietas nativas y encontró que sistemáticamente aportaban cerca de diez veces más vitaminas solubles en grasa que la dieta estadounidense de la década de 1930. Esta proporción es probablemente más extrema hoy, dado que los estadounidenses han reducido deliberadamente el consumo de grasa animal. El Dr. Price se dio cuenta de que estas vitaminas liposolubles promovían una hermosa estructura ósea, paladar ancho, dientes perfectos y parejos, y rostros bellos y bien proporcionados que caracterizaban a los miembros de los grupos tradicionales aislados. Los niños estadounidenses, en general, no comen pescado ni órganos, por lo menos no demasiado, y la grasa y los insectos no son parte de la dieta occidental; muchos tampoco comen huevos. La única fuente de vitaminas solubles en grasa de la dieta americana, una que seguro se come, es la mantequilla. La mantequilla añadida a las verduras y untadas en el pan, y la crema agregada a sopas y salsas, garantizan la correcta asimilación de los minerales y las vitaminas solubles en agua contenida en los vegetales, granos y carne.

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